lunes, 11 de enero de 2016

Edad Media: El sexo y los Padres de la Iglesia.

El deseo sexual, creyó San Agustín, era la más impura y sucia de las maldades humanas, el sexo podía anular por completo la razón y el libre albedrío. El sexo no solo era irracional sino pecaminoso. Agustín y sus contemporáneos consideraron que el sexo era un grave peligro moral, en parte porque creían que las sensaciones y los afanes sexuales, en particular las reacciones de los órganos genitales, no estaban bajo el debido dominio de la voluntad humana. El sexo, agregó el santo oriundo de Hipona, era algo vergonzoso y sórdido. Por esa razón, observó, la gente siempre trata de efectuar las funciones sexuales en secreto. Luego, se aconsejaba que los cristianos se limpiaran de toda mancilla sexual antes de poder participar en todo servicio religioso. La pasión sexual, las fuentes físicas de la vida y la reproducción humana era para la Iglesia Católica las fuentes del pecado. Aquel pecado intrínseco del deseo carnal marcó fuertemente a toda la Edad Media. (BRUNDAGE, 2003)

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