Con el Tratado de Roma de 1957, comenzó a formarse la comunidad europea. Los dirigentes de esa Europa que deseaba la unificación –Schuman, Adenauer y De Gasperi– eran democristianos y por lo tanto eligieron como patrono de la Europea naciente justamente a Carlomagno, que para ellos era el símbolo de la defensa de un continente cristiano. Y de esa manera contribuyeron a fortalecer el mito. Para más información no duden en consultar la entrevista realizada al maestro Jacques Le Goff:
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